El sábado 24 de julio de 2010 nos quedamos sin lanchas en el lago de Tequesquitengo por un día. "Se prohíbe la navegación" mencionó la Capitanía de Puerto a través de su encargado telefónico.
Nunca en la historia del destino turístico se había aplicado tal medida. Es la lucha contra el narco del gobierno federal quien ahora estrangula los flujos de efectivo de las empresas turísticas. Larga la historia de errores, sólo faltaba éste.
¿Ahora qué puede pasar? se decía entre los empresarios. "Ya nos pasó todo, sólo queda salir del infierno".
La novedad es que el ejército mexicano (por si faltara alguna autoridad que le pegara al turismo) sitió el lago y ahuyentó a turistas y visitantes como quedó plasmado en el artículo de Dulce Maya:
http://www.lajornadamorelos.com/noticias/politica/89132-sitia-ejercito-accesos-a-tequesquitengo
El golpe económico es inmenso, no sólo por un día perdido; ¡era un sábado! Esto significa el 25% del ingreso mensual de las empresas (¿qué pasa con los perecederos de alimentos y bebidas?) y la imagen deteriorada que se refleja ya en las llamadas telefónicas de los prospectos que buscan reservaciones.
Las sorpresas se siguen dando y ninguna es buena, los gobiernos de los tres órdenes no tienen la capacidad para impactar de manera positiva como lo hacen en sentido contrario. Tenemos dos propuestas: la técnica y la que estamos seguros nos sacará del atolladero; la primera es rezarle a San Juan Bautista y la segunda encomendarnos a Dios.
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